lunes, 13 de marzo de 2023

Desmilitarizar la vida en mentes y cuerpos

 

Hoy la esperanza nace de la posibilidad de entrar en un tiempo nuevo

 en el que lleguen por fin los ciudadanos de los valores gratuitos de la paz y la reconciliación,

por encima de la lucha por votos, del dinero y de las armas que no conocen de gratuidad.

Francisco de Roux

 

Recientemente hicimos un Seminario en dos espacios para reflexionar sobre el tema de la desmilitarización de la sociedad. En Ibagué en la Universidad del Tolima y en Florencia en la Universidad de la Amazonia. Fue una oportunidad para escuchar voces que plantearon la necesidad de entrar en una senda, que nos permita avanzar hacia la transformación social por vías civilistas para alcanzar la paz.

 

Las sociedades en general y la colombiana en particular, con un largo conflicto armado, dan pie a que se normalice la militarización, no solamente con el camuflado, si no también en los discursos. Es por ello que debe hacerse un ingente esfuerzo por toda la sociedad, especialmente por el espectro gubernamental, para que las instituciones castrenses cumplan su rol constitucional, teniendo claro los Derechos Humanos. Y, por su parte que las instituciones civiles, fundamentalmente las educativas y culturales, lideren las transformaciones creativas, pacíficas y democráticas, de tal manera que se generen procesos hacia la convivencia entre los seres humanos y entre estos y la naturaleza.

 

La Ley 2272/2022, en su artículo 11, Modalidad del servicio social para la paz, abre el camino para desmontar un porcentaje importante del cultivo de la militarización de la sociedad, al ofrecer a la juventud la oportunidad de prestar un servicio social sustitutorio al servicio militar obligatorio. En ese sentido, podrán contribuir con su tiempo en labores de alfabetización digital, apoyar a víctimas, en la refrendación del Acuerdo de Paz, difundir la política pública de paz, proteger la biodiversidad, promover la paz étnica, apoyar a las personas en condición de discapacidad, impulsar la reforma rural integral, apoyar a damnificados y, en gestión de riesgos y cambio climático. Es decir, aportar plenamente al cuidado de la vida, a la construcción de paz.

 

Johan Galtung apunta una clave fundamental en el título de su texto clásico e imprescindible para el relacionamiento humano Paz por medios pacíficos, el cual nos puede ayudar a visualizar ese caminar para conocer los territorios y sus problemáticas al que nos invitaba Alfredo Molano Bravo.

 

El seminario Desmilitarizar la vida, una apuesta democrática para la paz, propicio temas para seguir profundizando en las distintas esferas del Estado colombiano y en todos los rincones del país. Además, porque la Paz Total nos brinda condiciones para tratar el conflicto político armado de manera amplia y dialogada, ya que el ruido de los tiros nos impide escucharnos, pensarnos como sociedad un tratamiento amplio, generoso y humanista, teniendo presente que la violencia regresa, especialmente en la periferia, como La Hidra de Lerna y pareciera que no hubiese opción a cauterizar la multiplicidad de formas de sus expresiones. Así que debemos construir las barreras democráticas, donde toda -al menos la gran mayoría- la sociedad en un pacto por la vida, cierre esfuerzos educativos, culturales, económicos, sociales y de voluntad política, para evitar que se encienda el país.

 

La cultura de paz, es el mejor horizonte que tenemos para alcanzar una Colombia armónica, es decir, desmilitarizar las mentes y cuerpos para abrir paso a los discursos y prácticas cotidianas democráticas, para que entre todas y todos levantemos la bandera de la paz, que haga parte de la impronta del alma nacional.