La ciudad de los Puentes, Honda - Tolima, acoge hasta abril del 2025 la exposición sobre el sociólogo, escritor, periodista y comisionado de la verdad de Colombia Alfredo Molano Bravo (1944-2019).
Alfredo acercó la Colombia profunda al centro, ayudó con su escucha atenta a todo, a comprender que en esos lugares se configuró una forma de ser y estar difícil de comprender cuando se lee con códigos académicos o elitistas, porque en el fondo no quieren dejar ver lo que acontece en esos territorios donde se cuece de otra manera el país.
El “método” Molano, sencillo y quizás de cauce normal de muchas actividades humanas, tal como es el andar, escuchar y narrar, trae consigo su complejidad, cuando se preparan los bártulos para emprender su desarrollo.
Andar los territorios. Molano “buscó un camino original e inverso al academicismo”. Antes de escribir una línea, hay que ir a los lugares de los acontecimientos. Preparar La Mochila física y mental requiere su tiempo, pues hay que estudiar el entorno a visitar, su gente, sus procesos históricos, su geografía, su economía, su ecosistema. Elaborar mapas, llevar la libreta, el lápiz, entre otros. Todo requiere la paciencia del artesano que trabaja la filigrana del tejido para que no se escape detalle alguno.
Escuchar a la gente y el territorio. Todo habla, las voces locales, con sus modismos y espiritualidad, que sólo se puede comprender e interpelar cuando se conoce el lugar. Los sonidos de las aguas que recorren ríos, o se lanzan en picada en las cascadas o bajan suavemente entre el musgo, te dicen algo del espacio, de su historia. Por supuesto, las brisas que empujan las hojas y ramas de pequeños y grandes árboles, las cuales al caer son la alfombra del chasquido de los pasos de animales que avistan su entorno. O las aves que alzan vuelo para llevar el mensaje a la Colombia que juiciosamente frente a su Dios enjuaga sus pecados, mientras oculta sus mierdas debajo del tapete de entrada de la casa.
Y, narrar. Un arte que Molano desarrolló, gracias a su talento, dedicación y respeto por la gente que conocía en un camino, en la fonda o siguiendo el corte, porque sabía que allí estaba la esencia del ser curtido por las experiencias que vivía en un lugar agreste que le brindaba un horizonte de expectativa de mejorar su vida y la de los suyos.
En la exposición se encontrarán con textos como este:
“Para contar, primero es preciso escuchar. Y escuchar implica dejar en silencio no solo la boca, sino la cabeza, los prejuicios y los odios. Para contar la historia de una persona del Caquetá, se necesita cruzar el páramo de Sumapaz, saber en qué dirección corre el río Pato, entender que la región se pobló con colonos que huyeron del ataque del ejército a las guerrillas campesinas de los años cincuenta. Para contar la historia de un caqueteño, hay que pasar por la guerra y los procesos de paz, entender las lluvias de mayo y las quemas de julio. Para escuchar la historia de un colono en el Caquetá, se requiere dejar a un lado los juicios que se tienen sobre los cultivos de la coca o sobre la decisión que empuja a un hombre a tomar las armas, ya sea de los paramilitares o de la guerrilla…”
Los escritos y las imágenes posibilitan dialogar con el protagonista de la exposición: Alfredo Molano. Caminos y puentes con la otra Colombia en la Casa Museo Alfonso López Pumarejo en Honda. Para llegar a más gente, el Museo Nacional de Colombia siendo fiel al legado de Alfredo, facilitará para que la exposición sea itinerante. Así crecer con las narrativas locales y no desfigurar las historias de sus visitados. De esta manera, se podrá cruzar varios puentes que Molano tendió entre las Colombia´s.