Misiles por misivas de paz
Desarmar las manos para armar el
argumento
Desde mi consciencia colombiana, 27 de
junio de 2017
El largo alcance de los misiles, nunca alcanzará el
eco de las voces, de las misivas que claman una vida digna en democracia y paz.
Misiva I
A mi familia
Querida familia, confieso que nunca creí ver este día,
sin embargo, no hay meta que no se alcance cuando la persistencia y la
esperanza están presente.
Se ha trazado en el horizonte, un camino que nos abre
sus fronteras, para el reencuentro con nosotras y nosotros mismos y con la
gente que se había ido a luchar por unos ideales.
Quizás la principal musa de toda persona es la
familia. Por eso quiero que sepan que siempre han estado en mis sueños amorosos,
siendo una de las principales motivaciones para trabajar por la paz y la
dignidad.
Misiva II
Al Estado colombiano
La institucionalidad de nuestras Colombia nunca ha
estado a la altura de la historia. Siempre ha sido sobrepasada por intereses
mezquinos de una u otra índole.
Después de las largas y trágicas noches, es momento
que asuma su responsabilidad con la grandeza que tiene el país. Una nación de enormes
regiones diversas, de riquezas humanas y naturales.
No más corrupción. Seguro que con ese principio de
actuación podremos tener la base para la democracia y la paz que hemos soñado.
Hay muchos referentes cercanos y lejanos que nos dicen que sí es posible.
Está empeñada la palabra de un Estado en cabeza del
Gobierno, se deberá honrar su compromiso y poner todos su empeño para respaldar
no solamente el Acuerdo de Paz firmado, sino para pactar el cierre definitivo
de la violencia por los caminos de la paz
por medios pacíficos.
Misiva III
A las FARC-EP
Farianas y farianos, han viajado por tantos senderos de
luchas, llenos de tensiones y peligros, luego de varias décadas han encontrado el
camino de retorno a la sociedad. La hostilidad estará presente en algunos sectores
de la sociedad colombiana que parece que añoran la violencia. Pero en ese terreno
ustedes sabrán encarar con la altura pacífica los retos.
El proyecto que se trazaron en las montañas del país,
con altruismo, no falto de egolatrías, ha servido para contribuir al
conocimiento de una Colombia olvidada, borrosa, negada y falta de oportunidades.
Afortunadamente, también una Colombia con hombres y mujeres que mayoritariamente
quieren un país incluyente, donde se reconozca la diversidad y que hacen saber
que las regiones existen, llamando la atención mediante la protesta democrática
para que sea atendida con la altura de miras de un Estado moderno.
Hicieron falta 53 años y un mes para poder bajar de
las montañas de Colombia a las llanuras del oriente y ser escuchadas sus
demandas de dignidad. Hoy enseñan su grandeza con la dejación de armas, pero
con toda seguridad será más con la contribución que harán a la democracia y la
paz colombiana.
Misiva IV
A la sociedad civil
Es complejo comprender hechos históricos de la
violencia, más cuando se tienen limitaciones y manipulaciones en las fuentes de
información Sin embargo, si observamos con detenimiento nuestro alrededor,
encontraremos muchas razones para la rebeldía, otra cosa es la forma, es por
ello que debemos ser garantes para que en Colombia nunca más se justifique una
acción armada para alcanzar la justicia social.
Gente que estaba en armas regresa o recién llega al
seno de la sociedad colombiana. Necesitan un lugar bajo el sol, donde puedan
proyectar sus sueños, sus vidas. Es por ello que es necesario que abramos los
brazos de la fraternidad, como cuando un hijo o hija ha estado de viaje y
retorna a casa; se le abren las puertas para que sienta el calor del hogar y
sienta la alegría de vivir en sociedad.
Entre todos-as podremos hacer la diferencia, entre un
país con una guerra y un país sin ella. Porque la grandeza humana así nos lo
reclama.
Misiva V
A la comunidad internacional
Es indudable el fundamental papel que juegan para
ayudar a buscar salidas a los conflictos armados en el mundo y en Colombia. En
este país no necesitamos obras de infraestructura de parte de la comunidad
internacional, sí el Estado colombiano le cumple a su pueblo, especialmente en
no corromperse.
Quizás donde tenemos un alto saldo en rojo todavía, es
el trámite democrático y pacífico de los conflictos. Es por ello que es
necesario el acompañamiento de la Comunidad Internacional en el día a día, para
ayudar a evitar hechos de barbarie, de vulneración de los Derechos Humanos. Por
otra parte para ayudar a generar confianzas perdidas por el conflicto,
dinámicas derruidas por la corrupción y, finalmente, contribuir a proteger a
las personas y procesos, para que no sean truncados de forma violenta.
Misiva VI
Adiós a la guerra
Siempre me he preguntado quién va a la guerra y quién
regresa de ella…
La primera parte la fui comprendiendo con el paso de
los años, al conocer a algunos hombres y mujeres altruistas que se fueron a
ella por diversas razones.
Hoy empiezo a conocer quien regresa de la guerra: hombres
y mujeres soñadoras que quieren trabajar por una Colombia digna, democrática y
en paz. Comprometidos y comprometidas con un país solidario.
Este epilogo a la guerra me deja el sin sabor de la
cantidad de vidas que se pudieron ahorrar, pero ya es tarde, ahora sólo queda fundir las armas, para que no se vuelvan a usar.
Misiva VII
Bienvenida la paz
Me imagino que estabas cansada de deambular por los
valles y montañas de Colombia, de todos los rincones te correteaban, tu traje
tendrá las secuelas de la violencia de ese país que va quedando atrás. Tu
persistencia por llegar a la meta de la paz fue más grande que todo el acoso
sufrido. Paz, hoy puedes lucir tu traje blanco recién lavado.
Gracias Paz, porque aunque esquiva en muchos momentos,
has persistido hasta conquistar tu anhelo de abrir escenarios para conversar.
Has logrado desarmar manos para poder armar el argumento, donde las misivas de paz
prevalecerán.
Misiva VIII
A mi consciencia
He mirado desde atalayas y llanuras el mundo, pero
siempre ha sido mi consciencia el lugar desde donde mejor puedo observar en los
momentos de alteración y de sosiego para el camino encontrar.
Siempre estaré al lado de las víctimas. A ellas todo
el respeto y atención, para que tramiten su duelo y continúen sus existencia
con la esperanza de que otra vida es posible.
Estoy feliz, porque se sienta un importante eslabón
para la democracia, las microdemocracias,
que estarán en efervescencia en todos los rincones del país. Esas manos de
gente del común, unas que se armaron un día y otras muchas que nunca lo
hicieron para luchar por un país con justicia social, todas ellas hilando el
argumento para tejer la PAZ.
Nunca más una guerra.
Siempre la paz.
Aquí está mi mano para sumar.
Gostei Rapaz
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