Sin salas de espera, pero con esperanza.
En lugares extremos de la geografía colombiana, la exuberante belleza cultural y natural está presente y unida por diferentes factores. Tal como es por la presencia de importantes núcleos de población indígena y afro, quienes, junto a la mestiza, enfrentan la pobreza y abandono estatal con luchas sociales por tener un lugar digno bajo el sol. Son ellos Solano - Caquetá y Bahía Solano - Chocó.
Puerto de Solano - Caquetá
En Solano - Caquetá, se encuentra un porcentaje importante del territorio del Parque Nacional Natural de Chiribiquete -cerro donde se dibuja- un territorio con grandes “lienzos” de piedra. Allí están plasmadas pinturas de distintas comunidades indígenas procedentes de varios puntos de América. En este mismo municipio está Araracuara -nido de las guacamayas- rodeado por el Cañón del Diablo, un lugar por donde pasa el río Caquetá -Yapurá-, segundo afluente del río Amazonas. Sus abundantes aguas penetran a gran velocidad por entre las rocas, formando enormes chorros que impiden la navegabilidad y los peces quedan entrampados saltando sin poder continuar río arriba. Este municipio de momento no tiene carretera transitable; en ocasiones, aupada por politiqueros, se puede pasar temporalmente por una trocha. Su selva y riqueza hídrica ha impedido que llegue una vía en condiciones, quizás como un mensaje de los espíritus de la selva que llaman a que no se abra, porque seguramente se incrementará la deforestación y barbarie de la “civilización”.
En Bahía Solano – Chocó, un paraíso donde se abraza el océano Pacífico y una espesa selva en las playas “salvajes”, bastante conservadas aún, se puede apreciar el desove de tortugas o el caminar de miles de cangrejos luego de tomar el sol sobre sus arenales. La riqueza de la fauna que viene de la floresta hace que sea un rincón único en la geografía nacional. Eso sí, no faltan las amenazas por la presencia de traficantes de especies autóctonas, turismo exacerbado y proyectos macroeconómicos de turismo y minería que ponen en alerta a locales y ambientalistas. Aquí tampoco hay carretera para llegar del interior del país. Sin duda, esa carencia, ha ayudado a mantener un aislamiento que hace que se conserve bastante intacto su paisaje selvático. Las ballenas jorobadas que llegan a desovar en el segundo semestre de cada año en las costas de Bahía Solano son un imán que hace que cada vez sea visitada por más turistas, poco conscientes del fenómeno que pueden apreciar.
Así las cosas, a ambos lugares -Solano y Bahía Solano- de momento se puede acceder solo por agua o por avión. Y su gente está a la espera de que los precios del transporte para los lugareños y sus productos se ajusten a sus economías, lo cual evitaría que se impulsen aperturas de carreteras para conectarlas con las vías nacionales y, por el contrario, su aislamiento sea una ganancia cultural, ambiental, social y económica.
Las posibilidades de abrir carreteras son proyectos de mucho riesgo, teniendo presente las experiencias nefastas de las penetraciones viales a territorios de reserva natural imprescindibles para conservar el proyecto de la vida, especialmente por la deforestación y depredación de la fauna, pues la cultura mestiza no está educada para convivir respetuosamente con los entornos naturales como sí lo hacen las comunidades indígenas, quienes han tenido la capacidad de mantener esa armonía.
Solano´s son territorios exóticos de la Colombia profunda, que necesitan ser mirados y apoyados por el país centralista de una manera coherente a su realidad. Y no como lugares donde se encuentra la materia prima para sus productos o gente pobre que debe vivir así o quizás aún peor, espacios salvajes que no merecen la atención, solo la explotación.
Mientras tanto, un negro pescador mirando la inmensidad del horizonte que se amplía desde el poblado de Bahía Solano sobre el mar pacífico, me dijo algo similar a lo que le escuché a un indígena en el puerto de Solano sobre el río Caquetá: “No estoy de acuerdo con que abran la carretera para comunicarnos con el centro del país, pues será la antesala del fin de esta belleza natural. Llegado el caso, las veces que me consulten, votaré NO”.
Sabía reflexión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario