viernes, 15 de junio de 2012

Re-nacimiento de Florencia

Al cumplirse 100 años de fundado el municipio de Florencia – Colombia (1912-2012) podríamos hacer un ejercicio de retrospectiva.

Florencia ó Firenze – Italia, fue la cuna del Renacimiento y del Humanismo entre los siglos XIV – XVI, aunque algunos ubican el inicio del proceso ya en el siglo XII. Por ese tiempo se comparaba a Florencia con la Atenas griega.  Después de una larga época de oscurantismo, Florencia tuvo la capacidad para acercarse a grandes logros en la cultura, la literatura y las artes, a la cabeza de personajes como Miguel Ángel y Leonardo da Vinci, quienes tuvieron repercusión en toda Europa y, con el paso del tiempo, en otros continentes. El desarrollo arquitectónico durante el Renacimiento fue impresionante y quedaron huellas de ese momento álgido en la historia de la humanidad en diferentes partes de Italia. Muchas de esas huellas aún perduran.

En la época del Renacimiento se volvió a estudiar a los clásicos griegos, se retornó a los “Diálogos de Platón” y a la obra de Aristóteles, responsable de la revolución científica. También se redescubrieron a clásicos de la India, Persia y otras culturas de Oriente Medio.

Si bien deben existir algunas condiciones económicas, políticas, culturales y psicológicas en los pueblos, para que se sienten bases de transformaciones, como las acaecidas en la Florencia medieval; no hay que esperar a que todo este dado, sino más bien, que la dirigencia de las instituciones y organizaciones locales tengan la voluntad, capacidad e inteligencia para apostar a andaduras de buen gobierno, y mejores políticas académicas, culturales y científicas.

La Florencia Amazónica, si quiere salir del letargo histórico y el anquilosamiento de sus instituciones y del oscurantismo regional, deberá trascender las celebraciones de reinados y las políticas de circo sin pan, para apostar a procesos que sienten las bases para atender los problemas de sus habitantes y los de su entorno. La avidez por las riquezas que otorgan las fuentes de reserva natural es pasajera; lo que no será pasajero será la formación de sus gentes, para que apuesten por una región humanizada, donde no se pregonen slogans sin sustento. Cómo creerse los mejores, cuando el balance social es negativo o cómo pensar que los pocos recursos de las regalías resolverán los problemas sin más. Hay muchos ejemplos regionales, nacionales e internacionales que evidencian que de poco sirven los recursos naturales para una región y sus habitantes, pues las migajas que dejan las multinacionales no alcanzan ni para medio reparar los daños a los ecosistemas que rodean los yacimientos explotados.

Si tenemos la capacidad para crear y soñar, deberíamos apostar por un “Re-nacimiento” de la Florencia Amazónica. Renacimiento pensado desde los seres humanos y el posible despliegue de sus potencialidades. La idea es que no solamente quien ostenta un título está habilitado para realizar una tarea. También está la sabiduría y la experiencia popular de colonos, indígenas y gentes del común. Entre todos, seguro, hay más capacidad de soñar y de arriesgar por apuestas humanistas y verdes.

Así que no hay que preocuparse tanto por el 17 de junio de 2012 como fecha de creación del municipio de Florencia, si se quiere hacer algo llamativo para el mundo, ahora que se inicia la Cumbre de Río+20, donde se debate el futuro de la humanidad y, si queremos apostarle al porvenir, invitemos a toda la población florenciana para que siembre un árbol. Si hacemos esto quedará algo para el medio ambiente, para cada uno de sus habitantes y para nuestra historia. Serán ciento cincuenta mil personas que se habrán unido para festejar la creación de un municipio, en el marco de una causa común, un re-nacimiento al estilo amazónico: ¡sembrando un árbol!

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